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El sueño no se desaloja: colecta solidaria en apoyo a la familia desalojada por Abel Pintos

fecha 29 de Mayo, 2025

Bien, bien no estamos. Pero hay que seguir, no queda otra.” Con esas palabras comienza el relato de Tito Angulo, hasta ayer vecino de San Francisco, Lavalle, que este martes vivió junto a su familia un día que nunca quiso que llegara: el desalojo del terreno donde proyectaban una vida en contacto con la naturaleza y en compañía de sus animales.

Desde hace tiempo, Tito Angulo y Yésica Ferreira vienen contando su historia: fueron estafados por la familia Morales, que les vendió un terreno sin ser propietaria. Su caso no es el único. Más de 30 familias de la zona atravesaron una situación similar. Sin embargo, el desenlace más urgente y doloroso fue el de ellos, porque ya estaban viviendo en el lugar.

Pese a que sabían que el desalojo era una posibilidad, el golpe no fue menor: “el lunes nuestra abogada nos dijo que el fiscal había dado lugar a otra audiencia. Pero el martes nos informaron que cambió de decisión y mandó el desalojo”, cuenta Tito.

Los Angulo Ferreira habitaban un terreno de 1500 m² en el que soñaban construir una pequeña granja: “queríamos tener gallinas, patos, conejos, y los caballos que son la terapia de nuestros hijos. Ese siempre fue nuestro sueño, el mío, el de mi señora, y también el de los chicos, que crecieron rodeados de animalitos, aunque vivíamos en Godoy Cruz y allá no se puede tener mucho”, relata.

El desalojo no solo implicó dejar la tierra, sino enfrentarse a decisiones que pasaron por alto algo esencial: el vínculo entre la familia y sus animales. “Nos ofrecieron un lote, pero con la condición de no tener animales. Lo rechazamos porque los animales no son un capricho: forman parte del tratamiento terapéutico de nuestros hijos. Tenemos certificados de profesionales que lo avalan“, explica.

En ese sentido, Tito denuncia la falta de comprensión por parte del Estado: “cuando pregunté qué pasaba si igual me llevaba los animales, me dijeron que si recibían una denuncia podía ser peor para mí. ¿Peor en qué sentido? ¿Me van a quitar lo que me están dando? Entonces no me sirve. La salud de mis hijos es más importante que una solución habitacional improvisada.”

Daniela Nievas es periodista del COMECUCO y viene acompañando a la familia durante el proceso. Describe la jornada del desalojo con una sola palabra: angustia. “Ver a Tito y a Yésica mantener la entereza en ese momento, sin saber qué hacer, me dio una profunda admiración. Se quebraron, claro, pero nunca perdieron el foco”, dice.

En su testimonio también se interroga el accionar de quienes tienen responsabilidades institucionales: “El Estado, la municipalidad, el gobierno provincial, ¿qué hacen ante estas situaciones? ¿Y Abel Pintos, sabe lo que está pasando?”. El cantante adquirió recientemente casi 100 hectáreas en San Francisco para un emprendimiento agrícola. Los 1500 m² donde vivían los Angulo Ferrerir eran una pequeña parte de esa compra.

Nosotros ofrecimos corrernos. Le dijimos: ‘mandanos donde no molestemos, al fondo, al medio, donde quieran’. Incluso propusimos pagar el lugar con trabajo. No pedíamos quedarnos donde estábamos, solo no ser echados”, dice Tito, con la dignidad de quien actúa de buena fe.

El desenlace fue el peor. Pero el sueño sigue. “Esto no es algo que pensamos hace poco. Es el sueño de toda una vida. Y no lo vamos a abandonar.” En medio de la incertidumbre, lo único que sigue en pie es esa voluntad. Y ya tienen visto un terreno en el que les dan facilidades: quieren seguir con el sueño de la granja.

Tito, Yésica y sus hijos no solo piden tierra. Piden ser escuchados. Piden que su modo de vida, su salud, sus vínculos y su historia sean respetados. En definitiva, piden lo que toda familia merece: vivir con dignidad.

Para ellos están recibiendo donaciones en un alias: titoangulo.mp, “lo poco que sea suma” dijo Tito agradeciendo la colaboración de quienes, segurmente desde la misma humildad que la familia, puedan colaborar con su nueva realidad, que les permitirá comprar ese nuevo lote y empezar otra vez.

El COMECUCO es un colectivo conformado por radios y televisoras comunitarias de las provincias de Cuyo, Mendoza, San Luis y San Juan.