Fumigaron una escuela con agroquímicos y archivaron la causa a cambio de pupitres y sillas
Ocurrió en Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires y es una de las causas más graves por fumigación aérea en la provincia de Buenos Aires. Quedó archivada tras un “arreglo” insólito e ilegal entre autoridades educativas y un productor rural. El precio de la salud: 30 pupitres y 60 sillas.
El 11 de marzo de 2019, mientras se dictaban clases en la Escuela Primaria N° 4 y la Secundaria Técnica N° 1 de Parada Robles, una avioneta fumigó con agrotóxicos sobre el predio escolar. Lo que siguió fue la evacuación urgente del alumnado y del personal docente, síntomas de intoxicación y secuelas que podrían acompañar de por vida a quienes estuvieron expuestos. La respuesta institucional, sin embargo, terminó siendo un escándalo.
En las últimas semanas, el colectivo Exaltación Salud logró acceder al expediente judicial y descubrió que la causa fue archivada el mismo año del hecho tras un “acuerdo de reparación” insólito: el productor denunciado, Miguel Ángel Zocca, entregó 30 pupitres y 60 sillas a la escuela a cambio de eludir el juicio. La maniobra fue avalada por el fiscal Juan Manuel Esperante y rubricada por los directores de ambos niveles educativos, María Natalia Gaglioti y Marcelo Germán Oubel.

“Estamos hablando directamente del Estado encubriendo un delito: un atentado a la salud pública, y encima de menores de edad”, denunció Agustín Brun, integrante de Exaltación Salud. El referente señaló que si bien en un primer momento “el municipio hizo bien las cosas y denunció al productor y al piloto del avión”, luego todo quedó en silencio. “La causa se archivó y nunca se explicó por qué. No solo a nosotros, sino a toda la comunidad”, agregó.
La avioneta utilizó Thiametoxan y Lambdacialotrina, insecticidas de alto riesgo prohibidos en muchos países y nocivos incluso por inhalación. Según detalla el colectivo, los síntomas que manifestaron alumnos y docentes coinciden con la exposición a esas sustancias.
La causa fue inicialmente impulsada por Adolfo Charrato, delegado municipal de Parada Robles, quien también quedó involucrado en el encubrimiento. “Charrato actuó por omisión. Como denunciante pudo haber accedido al expediente y se enteró del acuerdo, pero no dijo nada. No lo denunció ni lo comunicó a la población”, sostuvo Brun.
El arreglo, además de inaceptable en términos éticos, es ilegal, ya que involucra a menores de edad y se hizo sin intervención de la Oficina de Resolución Alternativas de Conflicto ni de la Asesoría de Menores e Incapaces, tal como exige la ley 13.433. Para peor, el acuerdo se selló a espaldas de las familias. “Dicen que los padres y madres estaban de acuerdo, pero eso es mentira. Hay padres en nuestro grupo que lo niegan rotundamente, y sus denuncias ni siquiera fueron incorporadas al expediente”, denunció Brun.
Desde Exaltación Salud también apuntan contra el fiscal Esperante, quien “está denunciado por haber cajoneado varias causas por fumigaciones ilegales, y mientras tanto se sacaba fotos con productores de la Sociedad Rural”. El mismo fiscal utilizó este acuerdo espurio para archivar la causa, cerrando el acceso público al expediente por varios años.
El escándalo se conoció recién ahora, seis años después, gracias a la presión de organizaciones y vecinos. “Después de mucha lucha y molestia popular, accedimos al expediente y nos encontramos con este acuerdo que es más una coartada para evitar que el productor vaya a juicio”, expresó Brun.
Para el colectivo, lo sucedido revela no sólo la naturalización del modelo agroindustrial tóxico, sino la existencia de una red de complicidades que involucra a funcionarios del Poder Ejecutivo, el sistema judicial y autoridades escolares. “No es solo el Estado fomentando el extractivismo con políticas públicas. Es el Estado directamente encubriendo delitos graves”, subrayó Brun.
Por eso, desde Exaltación Salud preparan nuevas denuncias penales por falso testimonio y exigen la reapertura de la causa. “Le pusieron precio a la salud de esos chicos y docentes. Eso vale la vida en Exaltación de la Cruz: sillas y mesas”, concluyó.
Compartimos la entrevista de Tierra Campesina con Agustín Brun:
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