Nace una mesa de gestión comunitaria para promover la salud integral

Con una fuerte impronta participativa y un enfoque innovador de salud integral, se conformó en la localidad de Tres de Mayo, departamento de Lavalle una mesa de gestión comunitaria, en el marco del proyecto SARA-D (Servicio de Atención Rediseñado para Diabetes). Este proyecto, con financiamiento internacional, busca no sólo mejorar la atención médica de personas con diabetes, sino también fortalecer las redes comunitarias para promover el bienestar general.

La iniciativa, impulsada por el centro de salud y desarrollada junto a actores locales, apunta a consolidar un espacio de articulación entre el sistema sanitario, las instituciones educativas, la delegación municipal y los propios vecinos, con el objetivo de generar estrategias colectivas que respondan a las problemáticas del territorio.

Cecilia Silva, es socióloga y referente del Ministerio de Salud, explicó que la creación de esta mesa surge como parte del componente comunitario del proyecto SARA-D. “Además de las mejoras técnicas en el sistema de salud –como la gestión de turnos, la analítica o las guías clínicas–, se propone una mirada integral de la salud. Esto implica reconocer que más del 70% de los determinantes de la salud están fuera del sistema sanitario: en cómo nos alimentamos, si nos sentimos acompañados, si hacemos o no actividad física, si estamos atravesando situaciones de estrés o angustia”, afirmó.

En diciembre del año pasado se llevaron a cabo talleres participativos con pacientes, profesionales y decisores, y se eligió a Tres de Mayo como comunidad piloto para implementar un modelo que busca generar salud en red. “Es imposible pensar la salud solo desde el sistema. Necesitamos que la comunidad se involucre, que sea un factor protector, que fortalezca a sus integrantes”, agregó Silva.

La mesa de gestión se propone como un espacio abierto, inclusivo y sostenido en el tiempo. Si bien el disparador actual es la diabetes, el propósito es que funcione como un espacio multisectorial que aborde diversas problemáticas de la comunidad, desde la salud mental hasta la seguridad.

Una de las herramientas más innovadoras del modelo es la recomendación de activos sociales, que permite que los profesionales de salud, en lugar de limitarse a recetar medicamentos, también puedan “prescribir” actividades comunitarias como ir a ajedrez, clases de manualidades o talleres de lectura.

“Así como un médico prescribe una medicación, puede recomendarle a un paciente que participe de una actividad en la comunidad. Esto fortalece los lazos, mejora la salud emocional y motiva a la persona a cuidarse más”, explicó Silva. Para facilitar ese vínculo, se habilitó en el centro de salud una cartelera comunitaria con todas las actividades del distrito.

El objetivo a largo plazo es que exista una red de doble vía: que el médico pueda derivar a una persona a un espacio comunitario, pero también que el referente comunitario pueda advertir si una persona necesita atención médica y derivarla al centro de salud.

Desde el territorio, Marisa Lucero, delegada del distrito, valoró el trabajo articulado y destacó el rol clave de los vecinos y vecinas: “Para mí el rol de la comunidad es el primero y el principal. Un trabajo bien hecho es el que parte desde una comunidad abierta, con instituciones abiertas. Si logramos eso, se pueden lograr grandes cosas”, señaló.

Marisa subrayó que, además de las enfermedades específicas como la diabetes, hay otras problemáticas que preocupan a la comunidad, como la salud mental y la seguridad. “Estas situaciones también impactan en la salud de las personas, por eso es importante abordarlas desde una mesa donde todos puedan aportar.” concluyo.