En la localidad sanluiseña de Cortaderas reclaman por el libre acceso a la Quebrada de Villa Elena
Desde hace unas semanas, vecines de Cortaderas, una pequeña localidad enclavada a los pies de las Sierras Comechingones al noreste de la provincia de San Luis, han comenzado a organizarse para resguardar su derecho histórico de acceso a los espacios denominados como Quebrada de Villa Elena.
La misma es parte de una Reserva que contiene bienes comunes que desde siempre les lugareñes, y desde hace unos años también turistas, disfrutan tanto en verano por sus arroyos y ollas de agua cristalina, como en invierno por sus senderos para caminatas.
Esta Reserva cuenta con el Dique Parrilla; un sitio arqueológico con restos de las que fueran viviendas ceremoniales del antiguo pueblo Comechingón; los Baños Romanos, un salto de 4 metros con una cascada de gran caudal; el Chorro Chico, un salto de 9 metros de altura aproximadamente con una olla de 4 metros de profundidad; el Chorro Grande con la Cascada de los Cóndores de 50 metros de altura; entre otros.
En una carta elaborada por vecines de la localidad y dirigida al gobernador de la provincia de San Luis Claudio Poggi, se expone que «desde hace algunas semanas un particular que no es habitante de nuestro Municipio, ni de la región y ni siquiera de San Luis, pretende cerrar arbitrariamente y cobrar por ´pasar´ a la quebrada de Villa Elena ya que ni siquiera es propietario de la misma sino que sería heredero de una pequeña franja de la senda por la cual se llega hasta el Dique Parrilla en la misma».
En dialogo con La Bulla, Damián Chávez, vecino de Cortaderas, detalla que «hay un hombre que dice tener un poder legal para cerrar el sendero que es el que sube hacia la Cascada Esmeralda, hacia Cascada de los Cóndores. Y resulta que el hombre tiene un lote en la entrada y lo que quiere hacer es restringir el ingreso. Es decir, cobrar, privatizar la entrada».
Cabe destacar que la Reserva tiene su sendero de ingreso en las inmediaciones de Villa Elena, un barrio residencial de Cortaderas que ha ido cotizándose como zona turística con hoteles de alto costo y publicitándose como el tercer microclima del mundo.
Uno de los tradicionales ingresos a la Reserva es, precisamente, por Villa Elena siguiendo la única calle asfaltada, que luego se hace de tierra hasta el final donde hay un cartel que indica el comienzo del camino a la zona serrana de abundante vegetación autóctona compuesta de talas, molles, chañares rodeados por arroyos, senderos y cascadas. Un lugar paradisiaco que, como alertan les vecines, está en el ojo de los intereses inmobiliarios y de personas inescrupulosas que ven en los bienes comunes sólo recursos naturales para explotar y lucrar.
Pero, como explica Damián, «los arroyos son públicos» y eso bien lo saben les vecines de Cortaderas que en la carta al gobernador solicitan que «tome las medidas pertinentes para detener este avance injustificado y proteja este espacio natural de uso histórico y para ello adopte las medidas que sean necesarias, sean las mismas declarar la zona espacio natural de uso público y se garantice, junto con las autoridades municipales, el acceso en las condiciones que siempre se efectuaron».
Ante el atropello, organización vecinal
La situación llegó al extremo cuando el fin de semana del 24 y 25 de noviembre, les vecines se anoticiaron que el sendero hacia la Quebrada ya no era público ni podían ingresar como habitualmente lo hacían ya que el nuevo escenario incluía dos hombres contratados en calidad de «Seguridad» y, además, cobrando entrada.
Por eso, en la mencionada carta al gobernador provincial, detallan que se «pretendió cobrar a todos quienes quisiera ir a disfrutar del entorno natural como históricamente hemos realizado los pobladores y nuestros visitantes, todo ello injustificadamente, sin ninguna contraprestación y pretendiendo ejercer esa actitud con la violenta presencia de “seguridad” que, sabemos, son policías realizando tareas extras (las cuales solicitamos que se verifique si es un ejercicio legal y habilitado)».
En este proceso de visibilización de la injusta situación, les vecines han pedido al Municipio de Cortaderas que tome cartas en el asunto y ponga coto al atropello que están sufriendo y que evidencia la posible privatización de un espacio público. Privatización ilegal escudada, como detallan, en la posesión de títulos y en ser «heredero de una pequeña franja de la senda por la cual se llega hasta el Dique Parrilla», tal cual detalla la persona que impide el libre acceso.
«Lo que nosotros pretendemos es llegar al Municipio, al gobierno para poder tener un nexo para decir que el derecho de posesión lo tiene el pueblo. Yo lucho por el pueblo, no lucho para un privado y ahí donde está la diferencia entre el privado y el público», explica Chávez al tiempo que menciona que han mantenido una reunión con la intendenta de Cortaderas, Macarena Sosa, quien ha tomado nota del reclamo y coincide con los argumentos de les vecines.
«El interés particular de un absoluto extraño que no tiene ningún conocimiento ni arraigo ni identificación con nuestro pueblo no puede imponerse arbitraria y caprichosamente por sobre la defensa del interés de toda nuestra comunidad y recurrimos a usted para que instruya a sus funcionarios/as a adoptar las acciones necesarias que acompañaremos activamente para que se preserven nuestros derechos», expresan en la cata publica.
La misma finaliza de manera contundente: «Esperamos una urgente solución a este problema y confiamos en que así será por el trabajo conjunto de las autoridades provinciales, municipales y nuestra comunidad».
Así, en estado de alerta y organización, vecines de Cortaderas aguardan una resolución a favor del pueblo y es resguardo de los bienes comunes.
El COMECUCO es un colectivo conformado por radios y televisoras comunitarias de las provincias de Cuyo, Mendoza, San Luis y San Juan.
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